miércoles, 17 de julio de 2013

Análisis FODA

PÁCTICA DEL ANÁLISIS FODA
INSTITUCIÓN ANALIZADA:
                         Localidad de collique-3ra zona
INVESTIGADORES: Camargo Rivero Aracelly
                                   José Manuel Mamani
                                    Estefany  Salazar Bravo
FORTALEZAS:
Ø  Policlínico
Ø  Postas
Ø  Parques
Ø  Iglesias
Ø  Colegios
Ø  Mercados
Ø  Gimnasios
OPORTUNIDADES:
1.       Recreación: deporte, juegos para niños.
2.       Centros de salud
3.       Educación
DEBILIDADES:
Ø  Pandillaje
Ø  Violencia
Ø  Calles contaminadas
Ø  Vicios:
·         Drogadicción
·         Alcoholismo
·         ludópata
AMENAZAS:
1. La falta de voluntad pr parte de los adolescentes o jóvenes en dedicar su tiempo al deporte dando lugar o invirtiendo ese tiempo en sus vicios ya sea drogadicción, alcoholismo o lo que es frecuente ver en esta zona, el pandillaje. Y en cuanto a los parques que ofrecen recreación a los niños pues realmente  quitan la voluntad a los padres de llevarlos a estos parques ya que la contaminación(basura tirada)no es agradable  ni mucho menos saludable para los niños.
2.En cuanto a los centros de salud y lo que es educación pues se da la falta de inversión por lo tanto una no buena infraestructura y la deficiencia de medicamentos.








UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
Universidad del Perú, DECANA DE AMÉRICA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE EDUCACIÓN

Asignatura: TCI-A [   ]  TCI-B [   ]  TCI-C [ X ]               DL I [   ]  DL II [   ] DHC [   ]             AA [   ]      CPC [   ]          HEPL [   ] EC [   ]
Profesor: Eugenio Corrales Prada.        Correo electrónico: eugeniocp@yahoo.com     Diseño: 2010-02-07

EAP EDUCACIÓN [   ]  CEUPS/EDUCADIS [   ]  PROGRAMA:  BACH [   ]  LIC [   ]  CP [   ]   PROTEC [   ]
Sede

Apellidos
Camargo Rivero
Código
12060134
Nombres
Jezabel Aracelly
Fecha
2013 -     -  
Lectura/Tarea
Resumen
Datos de la fuente
Año:
Autor (es):
Compilador: [   ]
Ciudad:Lima
Editorial:
Unidad: Fragmento [  ]; capítulo [  ]; parte [  ]; volumen [  ]; txt total [  ]
Libro [  ]; revista [  ]; ponencia [  ]; conferencia [  ]; paper [  ]; p.web [  ]
Tipo de texto
Continuo [X]:
Formato de presentación
Impreso [   ]:
Vía de entrega
Sincrónica [ X]:
Discontinuo [X]:
Digital [X]:
Asíncrona [   ]:




Lectura: MASSONI, Sandra (2007). Estrategias : los desafíos de la comunicación en un mundo fluido. 1ª ed. Rosario : Homo Sapiens Ediciones, 2007.
Sumilla / resumen de párrafo o sección
Cap. 1: Estrategias de comunicación: tiempo de investigarnos vivos. (publicado en la revista Comunicación y Sociedad, N.º 37; 2001. Univ. De Guadalajara, México.)
«Es bueno recordar que nada en el ser humano ni en la naturaleza es un fragmento. En cualquier terreno que transitemos es preciso no perder de vista el horizonte de la totalidad. Tampoco somos un fragmento de tiempo, ni la coexistencia casual de sus tres partículas: pasado, presente, futuro. Nos constituyen esas tres dimensiones como una totalidad orgánica. Se hiere una parte y queda afectado el conjunto. El tiempo no crece linealmente sino en expansión. El tiempo de un individuo se amplía en otro, en el de un pueblo, el de una fraternidad colectiva. Crecemos hacia atrás, hacia adelante, debajo y arriba del tiempo. En todo instante vivido con intensidad extrema, su onda expansiva lleva más lejos los límites del pasado y del futuro, los enriquece e ilumina.
Hoy es preciso recuperar la vivencia del futuro como aventura, indeterminación y esperanza. Buena parte de la creatividad cultural prefiere ser rememorativa más que proyectarse en la exploración de caminos nuevos. Abrir las puertas al futuro en el plano de las ideas.
Aún reconociendo que el porvenir tiene su propia autonomía, un arbitrio incognoscible, necesitamos recuperar el poder soberano de la voluntad para ir creando a cada instante.
Víctor Massuh, Cara y contracara de una civilización a la deriva.»



No somos un fragmento del tiempo somos  la totalidad de éste, el tiempo no avanza linealmente sino en expansión. Estamos influenciados por el pasado, vivimos en el presente y tenemos una mirada hacia el futuro.
Lo que fueron o dejaron nuestros antepasados lo estamos viviendo en nuestro presente y esto es lo que dejaremos a la futura generación. Debemos tomar el pasado para darnos cuenta de los errores cometidos y esto nos conducirá a la mejora de nuestro futuro, tener esa visión de ideal de una realidad aún no encontrada y esto lo lograremos con la voluntad, el deseo de ir creando a cada instante.

«Elegimos iniciar este trabajo con el concepto ultramoderno del tiempo como una forma de marcar –y por qué no recuperar/ volver a usar– el sentido heleno de la temporalidad como proyecto. Esta revisión nos interpela acerca de la necesaria incorporación del devenir en la investigación científica.
Como dice Prigogine:
«El tiempo es "real" y la irreversibilidad cumple en la naturaleza un papel constructivo fundamental. No es un tiempo automáticamente determinista, sino que es un tiempo que, gracias al hecho de que puede tener amplificaciones de elementos pequeños que pueden conducir a bifurcaciones, da cabida a la impredictibilidad, al azar, al devenir de lo nuevo.»
A partir de reconocer algunas de las implicaciones de asumir el tiempo como temporalidad en la investigación en comunicación social, nos proponemos presentar algunos elementos para repensar ciertos aspectos de nuestro trabajo académico y de investigación. Inscribimos este trabajo en la línea de análisis de los sistemas de generación científica y tecnológica desde la perspectiva de la comunicación estratégica (1), en los que hemos seguido como líneas de investigación la etnografía, los estudios culturales, el análisis del discurso, la retórica de la ciencia y la teoría biológica del conocimiento.




El tiempo es real pero no un tiempo determinista ya que éste puede ser modificado por nosotros buscando algo nuevo(innovando).
La ciencia en práctica es
 tecnología y ésta nos hace notar que el tiempo nunca fue el mismo ,que fue modificado de manera innovadora dando como fruto al maravilloso avance de la tecnología la cual sigue avanzando de manera acelerada. Esto nos lleva a la modernización y al desarrollo tecnológico en el mundo actual.



Consideramos que es importante, con miras a la modernización y el desarrollo tecnológico del mundo actual, que la ciencia no sea asumida en forma «pasiva», sino que se avance en generar dispositivos de construcción-deconstrucción-reconstrucción (2) que fortalezcan nuestra capacidad de interpelar las problemáticas bajo análisis para mejorar nuestras decisiones, sin dejar de sostener una postura crítica frente a los avances mismos de la ciencia.
Decimos, con Guillermo Orozco Gómez (1992: 125), que sólo una discusión epistemológica y ontológica, no teórica ni temática, podrá permitimos encontrar vínculos y estrategias para un proceso de generación (no de repetición) de conocimiento.
La ciencia no sólo da acceso a la información que permite explicar ciertas cosas, sino que también es una manera de cuestionarse acerca de la realidad, de organizar el pensamiento, de analizar críticamente, de avanzar en comprensiones más satisfactorias que favorezcan generar actitudes más sinérgicas sobre el mundo.



La ciencia está avanzando con el objetivo de despertar en nosotros la curiosidad resolver los  problemas presentados en la realidad, de lograr una postura crítica frente a los avances mismos de la ciencia.

Buscar y encontrar respuestas nuevas y no repetidas, por otro lado la ciencia no solo nos da información para explicar la realidad sino una forma de cuestionar a ésta, de analizarla y generar actitudes, visiones sobre la realidad.




¿Pasado pisado? Todo empieza y termina para volver a empezar
Trabajaremos en la búsqueda de una forma de expresar una teoría de la intersubjetividad no dualista, tomando el conocer como punto de partida para este despliegue.
A partir del concepto de tiempo como temporalidad, la ciencia es para nosotros una conversación con la naturaleza. La comunicación es un fenómeno de segundo orden, y todo lo que hagamos creará nuestro mundo.
Desde el punto de vista de los nuevos paradigmas se plantea que la formulación de la comunicación en general debe hacerse desde la perspectiva de un abordaje multiparadigmático, porque nos encontramos en la conformación de un campo de estudio complejo, absolutamente nuevo y contemporáneo.
 

La ciencia es una conversación con la naturaleza es decir interpretándola, conociéndola.
 La comunicación(proceso de transmisión por el cual se desarrollan las relaciones humanas) creará nuestro mundo.
Para desarrollar una comunicación se debe tener una visión multiparadigmática ya que la conformación de nuestro campo de estudio es muy complejo.
La idea de un abordaje multiparadigmático responde a la búsqueda de un conocimiento que no se desentienda de los acoplamientos dinámicos y evolutivos de la realidad y los sujetos. Proponemos este enfoque a partir de reconocer en los paradigmas capacidades para abordar diferentes dimensiones de lo real, y a la vez sus aportes específicos en la genealogía de esas mismas realidades, sin dejar de recuperar esta operación de construcción/deconstrucción para enfatizar la acción transformadora de la ciencia.


La idea de tener un pensamiento multiparadigmático nos llevará a un conocimiento amplio el cual podrá abordar diferentes dimensiones de lo real y poder aportar en la ciencia.



Los nuevos modelos y metáforas comunicacionales, en lugar de trabajar con paradigmas cerrados —que han sido erigidos las más de las veces en los aconteceres históricos de las disciplinas como dispositivos de vigilancia epistemológica—, buscan incorporar a la teoría como llave, como una forma de interpelar situaciones de comunicación a partir de reconocer su racionalidad, su forma de operar (3). Si hay algún descubrimiento que la ciencia social pueda realizar, éste es el de la teoría funcionando en el mundo. Una tarea en la cual el análisis es parada necesaria, pero no destino.


 Los nuevos modelos en lugar de trabajar con paradigmas cerrados  nos llevan a buscar nuevas situaciones y encontrar nuevos resultados. Una nueva forma de operar.
Nos interesa avanzar en la especificación de los aportes de este movimiento que trabaja en recuperar lo procesual en la dimensión comunicativa y se reconoce como el paradigma de lo fluido. Vamos a comenzar por presentar algunos nudos conceptuales con los que se articula.

Nuevos procesos en la dimensión de la comunicación conocido como el paradigma de lo fluido.




Funciones del lenguaje

El lenguaje humano cumple función cognoscitiva-comunicativa. Ésta se expresa mediante los siguientes matices, conocidos como:
ü  La función representativa o denotativa(o referencial)
Esta función del lenguaje predomina en los mensajes objetivos o lógicos, en los que el emisor transmite el mensaje sin que aparezca en él su opinión personal .Así,por ejemplo, esta función se advierte nítidamente en los siguientes enunciados;
-Miguel Grau nació en Piura.
-El Perú es un país sudamericano.
-Atahualpa no murió en España.
-La lingüística es una ciencia.
Cuando el lenguaje cumple esta función, el elemento de la comunicación que destaca es la realidad o referente.
ü  La función expresiva o emotiva
Cuando el lenguaje cumple esta función, el emisor pretende, de alguna manera, expresar sus sentimientos o emociones, su punto de vista. El lenguaje expresa,pues,la actitud del emisor ante la idea u objeto al cual se refiere. Lo dicho se puede advertir percibiendo los significados de los enunciados siguientes:
-Me parece excelente el clima de Jauja.
-Felizmente, la epidemia no llegó al Perú.
-Ojala sean humildes y bondadosos.
ü  La Función apelativa o conativa
Esta función del lenguaje aparece cuando la intención del emisor es llamar la atención del receptor(o receptores), persuadirlo para que actúe de una manera determinada.
Ejemplos:
-¿Qué dice la biblia sobre Jesucristo?
-Por favor, acabemos con el terrorismo.
-¡Dios mío, ten piedad de mí!
-No pierda tiempo, amigo.
Esta función aparece con bastante frecuencia en el anuncio publicitario de carácter político, religioso y económico, cuyo mensaje tiene la intención de convencer al receptor(o receptores)para aceptar lo publicitado.
ü  La Función estética o poética

ü  La Función fática o de contacto


ü  La Función metalingüística o meta verbal

El habla, el discurrir, el decir y la palabra


a) El habla. En este contexto, hablar significa en primer término el proceso mediante el cual los órganos del habla producen las palabras audibles. El hombre aprende a hablar en la infancia. El hablar puede resultarle difícil, por ejemplo, durante una enfermedad o en un estado de extremo agotamiento. Hay quien habla en voz alta y perceptible y otro que habla en voz tan baja que apenas se le puede entender. También es posible trabarse en una palabra cuando uno no logra la pronunciación correcta o se entromete otra palabra perturbadora. La palabra hablar se refiere por lo tanto en primer lugar al proceso como tal, sin tener en cuenta el contenido de lo hablado. Se dice que alguien que pronuncia un discurso sigue hablando, cuando se quiere expresar el hecho de que no ha llegado al fin de su discurso. Así se lee en
un escrito de Varnhagen: "Habló mucho, sin decir mucho", lo que ilustra nuevamente cómo el hecho del discurrir se diferencia de su cumplimiento intrínseco, pero la palabra hablar también puede referirse al contenido. Se habla de algo o sobre algo. Hablando se puede expresar
algo que antes se había callado. Se puede hablar entre varios sobre una cuestión. Alguien está disponible para hablar con otro cuando se ocupa de su cuidado y en ciertos casos, por ejemplo como médico, puede establecer determinadas horas de consulta para hablar con sus pacientes. También se dice que alguien habla bien o mal de otras personas. Y así el hablar es una actividad mediante la cual uno se dirige a otro hablando, y de ello surge y se desarrolla luego la conversación como proceso del hablar los hombres entre sí. Al dar alguien "su palabra “surge de modo acentuado la promesa de algo que uno está obligado a cumplir en determinado momento.
En este contexto se ve colocada finalmente la amplia noción de lenguaje.
-Las formas simples del habla. A fin de no pasar por encima de las formas más simples del habla, mediante las cuales los hombres se sirven del lenguaje en su vida cotidiana, tal vez sea ventajoso tratar de observar cuidadosamente todo lo que un hombre habla en el curso de un día. En general no se trata siquiera de oraciones completas, como lo piden los gramáticos, y menos de configuraciones mayores y coherentes, sino más bien de aislados fragmentos de frases y palabras, que les sirven a los hombres para entenderse mutuamente en la convivencia y la colaboración. Los gramáticos encuentran para ello la
siguiente explicación: lo que se sobrentiende en una situación dada, no requiere ser especialmente dicho. Si, por ejemplo, en la ventanilla de una estación ferroviaria, pido "Stuttgart, dos de segunda", no tengo por qué añadir que se trata de dos pasajes de segunda clase que quiero comprar. Así la palabra "¡agua!" puede significar varias cosas según la situación dada, ya sea que quiero beber algo, ya sea que estoy diagnosticando un líquido hasta ahora desconocido o bien que durante una perforación he
llegado a una capa de agua, etc. Y así ocurre siempre según los casos correspondientes. La palabra rellena en cada caso los lugares abiertos que no quedan indicados por la situación misma. Únicamente por razones de cortesía se reemplaza en muchas ocasiones esta forma simple por otra más rica.
Al respecto hay que distinguir también entre las diversas formas simplísimas de la comunicación idiomática. Así ya desde el punto de vista gramatical percibimos la separación entre pregunta, orden y declaración. La multiplicidad de las formas reales, empero, es mucho más vasta y excede lo que llega a expresarse en la gramática. La forma más nítida que se destaca es la de la pregunta. Pero ni siquiera ésta es forzosamente reconocible debido a su formación gramatical. Puede expresarse perfectamente en el simple tono de la voz, puede sentirse hasta en una simple vacilación, puede estar contenida en el contexto de una conversación sin que se la enuncie o se la exprese del todo.
Por otra parte, una pregunta puede cobrar una forma cortés ("sería usted tan amable..."), lo que en realidad implica un deseo o un ruego. En este sentido podría desarrollarse una vez más toda la escala de derivaciones desde la orden tajante, pasando por el deseo y el tácito ruego, hasta la proposición que a nada compromete. Lo más difícil es hallar lo que idiomática-mente parecería ser lo más simple: la sencilla declaración (indicativa). Ésta parece no existir del todo en forma independiente. Tal vez se la encuentre en su forma más pura sólo como respuesta a una pregunta. Pero en este caso su condición como tal obedece ya a un nexo más complejo.

b) El discurrir. Hacia un contexto diferente conduce la palabra discurrir. A este respecto tal vez resulte útil señalar que el discurrir, derivado del sustantivo discurso, procede en primer lugar del ámbito jurídico-político. El discurso es en sus comienzos la cuenta que uno rinde ante un tribunal. Se discurre para dar cuenta de algo y también para pedir cuentas a alguien. Aun cuando la palabra se aplica hoy en un sentido más general, en muchos de sus giros resuena todavía su procedencia jurídica.
De acuerdo con esta procedencia, el discurso viene a ser algo así como una exposición idiomática coherente en general sin que envuelva ahora el sentido de una responsabilidad. Uno pronuncia un discurso, siendo el orador el que discurre. Lo que capacita para ello es la locuacidad.
En ocasiones puede desarrollarse una asombrosa avalancha o corriente discursiva. Pero también se puede discurrir acerca de algo que no merece el discurso. A menudo apenas puede discriminarse entre hablar y discurrir. Se habla o se discurre acerca de algo. Uno también admite el discurso del otro cuando no se empecina en su propio punto de vista. Pero también se dice: a éste le resulta fácil hablar, cuando se trata de discurrir sobre un asunto que no le toca directamente. Así surge el mero hablar o discurrir, el discurso vacuo, sin contenido, y se desarrolla, por consiguiente, en un sentido peyorativo, el palabrerío irresponsable, la habladuría, el chisme (como asimismo el rumor). Aun cuando se considere al lenguaje en un sentido general como una capacidad de hablar, el discurso no deja de ser, con todo, expresión de un contexto determinado, pronunciado aquí y ahora. Así existe por cierto una aptitud para hablar, pero un talento para discurrir.
Existe un lenguaje afectado, pero un discurso alimentado por el arte y la tendencia al efecto.
 Existen determinados giros discursivos, estilos de discurso, etc, que constituyen siempre formas del discurso hablado. De tal modo, si bien es posible hablar entre dos o varios, discurrir se puede únicamente en forma individual y en presencia de oyentes. Sin duda no es necesario que nos ocupemos aquí de diferencias más sutiles, aun cuando los deslindes en el uso idiomático difieren mucho localmente, según las comarcas.

c) El decir. Cosa diferente es el decir. Mientras que el discurrir y el hablar pueden emplearse en un sentido absoluto, esto es, para indicar simplemente una actividad sin prestar atención al contenido de lo que se discurre o se habla, el decir requiere siempre la indicación de un contenido. Siempre se dice algo que, por lo general, se añade mediante una oración que comienza con que,
o bien mediante sentencias indirectas. Cuando en una página de Rilke leemos: "Díle (al ángel) las cosas”, donde aplica un acusativo directo, esto implica un viraje acentuadamente duro respecto al uso común del lenguaje y sólo es admisible dentro del lenguaje poético. Tener algo que decir significa luego tener una opinión pertinente sobre el asunto respectivo. Cuando ya no se tiene nada que decir significa que uno ha llegado al término de su exposición, que ha agotado sus argumentos. Por otra parte, mientras se habla con alguien, lo que se dice se dirige a ese alguien. Esto implica una más fuerte direccionalidad unilateral hacia el otro. Con ello se da un paso fuera de la reciprocidad de la conversación. Lo dicho viene a ser más que una mera comunicación y casi está a punto de transformarse en una orden. En este caso, tener algo que decirle a alguien equivale a tener que ordenarle algo, y el otro admite entonces que se le diga de esta manera, vale decir que acepta las directivas. A la inversa también se oye: éste nada tiene que decirme, no tengo por qué aceptar órdenes de él.
Lo dicho designa siempre una determinada objetivación de hechos; se habla de la "cosa dicha", y ésta denota siempre cierto carácter objetivador y pretende hasta cierto punto ser tomada como cosa definitiva. Si bien es posible discurrir y hablar durante largas horas y hablar también en torno a algo, eludiendo, con muchas palabras, una decisión clara, sólo se puede decir algo de un modo directo, y cuando está dicho, asunto concluido.
Así se dice algo que implica una promesa o una negativa, etc.; lo cual tiene siempre algo que compromete y que no poseen los otros vocablos del cotejo que hemos propuesto. “Ya te lo dije una vez" es una frase que involucra una recriminación, pues significa: no has querido escucharme, no lo has tomado en cuenta.
Así existe lo decible y lo indecible, pero ningún opuesto correspondiente en el caso de los verbos hablar y discurrir. Existe por cierto también lo impronunciable cuando se habla, pero esto tiene otro sentido: es impronunciable lo que bien podría decirse, pero no se debe pronunciar; indecible en cambio es aquello que se sustrae a la posibilidad de la expresión idiomática. En tal sentido debe entenderse la máxima Individuum est inefabile: el individuo no es expresable en absoluto con medios idiomáticos.
Aquí hemos de mencionar como sustantivo también la saga,* que primitivamente significaba lo dicho en general, lo que se decía, aunque luego fue estrechándose este significado en el sentido de una información no garantizada, a diferencia del hecho histórico.



d) La palabra. En otra dirección nos encamina la palabra.
Resulta significativo que en este caso se trata de un sustantivo, con el cual no se coordina ningún verbo.3 Ello señala que el hablar y el decir son actividades capaces de continuar al infinito, pero que en la palabra, en cambio, ya se nos presenta siempre un determinado resultado.
He aquí la palabra definida, expresa. Es notable que la palabra "palabra" tenga —sin duda en diversos idiomas—un singular doble significado. Representa en primer lugar la palabra individual tal como queda registrada en los diccionarios: la última y más simple partícula de la lengua (que en su forma escrita se diferencia de otras palabras aun exteriormente y marcando distancias). La palabra es así la más pequeña unidad semántica, indivisible, dentro del contexto significante de la oración.
(Cuando se sigue desintegrando la palabra en sílabas y letras ya se sale del contexto significante del lenguaje y se pasa a partes integrantes que en sí mismas carecen de sentido.)
Pero la palabra tiene otra significación más (y sin duda más primitiva). Es la palabra dicha, el dictum, la palabra pronunciada en determinada ocasión, que en tal caso se compone de varias e incluso muchas palabras. Así en un debate uno pide la palabra cuando piensa que tiene algo que decir en lo que respecta a alguna cuestión discutida, y se le concede la palabra. Si alguien tiene la palabra, eso quiere decir que tiene el derecho de hablar en ese momento. Al designar como palabra lo que se ha dicho en determinada ocasión se quiere decir que no se trata de una vacua charla, sino que en tal palabra se ha condensado el sentido del discurso en una configuración destacable que, una vez pronunciada, permanece, que es transmisible en su forma dada y vale como pauta en un futuro. En este sentido la palabra que se le da a otra persona es la palabra de honor. Pero también se entiende así la palabra poética, la palabra aforística, etc. Así, se habla de la "palabra de Dios", de la que Lutero exige: "La palabra que ellos deben dejar intacta".4 Se ha intentado establecer una discriminación entre estos dos significados de la palabra "palabra", aplicando al primero de ellos la definición de vocablo o voz, y al segundo la de palabra en un sentido más alto. Pero esto implica una regulación bastante artificial, y el uso lingüístico natural continúa siendo vacilante. Ello parecería indicar que las dos acepciones son en verdad difícilmente separables y que más bien se asocian de modo estrecho. En todo caso, la palabra es lenguaje condensado, configurado, y elevado de este modo por encima de la corriente del tiempo. Tiene así el carácter de lo que queda establecido de una vez por todas. La palabra es algo firme. De ahí que también pueda decirse: "De una palabra no puede quitarse ni jota".
La palabra es siempre aquello a lo que le han conferido la palabra. Y muchas cosas en el dominio humano no obtienen la palabra, esto es, quedan en lo indeciso. La palabra es siempre lo que mediante una configuración determinada se destaca por sobre la corriente de la vida. Es lo una vez dicho y que ya no admite retractación. Sin embargo, esta firmeza alberga simultáneamente un peligro, pues debido a ella la palabra puede apartarse relativamente del sentido de lo dicho. Se puede recurrir a numerosas palabras, también a palabras vacías. Toda la generación del lenguaje tiene su origen en esta característica de la palabra.
Y viceversa, tomar algo al pie de la letra puede significar sin duda: adherirse a la forma externa de la palabra y errar así la comprensión del sentido a que se aspira. Las hazañas de algunos humoristas, juglares de la palabra, se basan en gran medida en la incitación a tomar literalmente lo que se dice, de un modo que desfigura el sentido. De esta inseguridad surge la necesaria tarea, relacionada con la esencia misma del lenguaje, de interpretar correctamente lo que se dice. Con el lenguaje se da simultáneamente el problema de la interpretación, cuya importancia va en aumento en la medida en que lo que se dice llega a objetivarse en forma escrita.

De la palabra deriva finalmente la palabra que responde. Responder significa en primer lugar levantar la voz frente a lo que dice el otro y es asimismo un vocablo que ha surgido en el ámbito jurídico. El acusado debe responder al acusador. Así se desarrolla ya tempranamente el significado generalizado de responder o contestar, mientras que el significado original de la palabra se ha conservado en la voz responsabilidad, ante todo en el giro verbal: hacerse responsable, o sea justificarse ante alguien.